Central de Monitoreo

lunes

Fortalezas Contra la Delincuencia


Arturo B. Grandon
Director  http://www.comoinstalaralarmas.com
Los Gobiernos lo han reconocido. Los robos con fuerza en inmuebles en las ciudades de muchos países han aumentado. Son datos parciales, pero aún así significativos. De hecho, la inseguridad ciudadana es una de las mayores preocupaciones de todas las personas. Esa preocupación, que a priori puede resultar subjetiva, se ha plasmado en un dato totalmente objetivo y esclarecedor: en el incremento de casi un 35 % de la demanda de seguridad privada.

También parecen irrefutables las cifras que barajan las compañías aseguradoras. Por ejemplo, Unespa (Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras) destaca en un informe que aproximadamente 40.000 hogares de la región son asaltados cada año. Buena parte de estos robos se producen durante las vacaciones de los inquilinos. Así, junto a la Navidad, los meses de verano y la Semana Santa son las fechas propicias para ser víctima de un robo en casa.



Ante este desalentador panorama, los ciudadanos no se cruzan ni mucho menos de brazos y buscan las fórmulas para ponérselo lo más difícil posible a los delincuentes. Y es que no se trata solamente de salvaguardar sus bienes, sino también su integridad física. La irrupción en muchos países del fenómeno de las mafias extranjeras, auténticas sociedades del crimen integradas por profesionales, que a menudo entran por la fuerza en los domicilios con sus ocupantes dentro para que, entre golpes y amenazas, les conduzcan directamente hasta el lugar en el que guardan los objetos de valor, ha conseguido fomentar un «sentimiento de nostalgia» hacia la figura del vulgar ratero de antaño.

Por ello, no pocas personas están convirtiendo sus residencias en auténticas fortalezas. Pero, eso sí, sustituyendo los fosos por macizas puertas blindadas, los vigías que otean el horizonte por modernas alarmas electrónicas, las guarniciones de soldados por un guardia de seguridad que controla todo el recinto desde una garita en la que se instalan los monitores que recogen las señales de las videocámaras, las altas almenas por vallas con sensores, y el santo y seña por cámaras que leen las matrículas de los vehículos antes de permitir o no el paso.

Las promotoras de viviendas se están haciendo eco de esta demanda de seguridad y ya son pocas las que pasan por alto ciertos detalles que, hasta hace bien poco, estaban reservados tan sólo a las residencias de lujo. En este sentido, los hogares que se entregan a sus nuevos propietarios disponen de una puerta “prácticamente blindada” «de serie», cuando hasta hace poco más de una década eran los mismos propietarios los que tenían que hacer un gasto adicional para sustituir la que le entregaban con las llaves y que podía ser atravesada con un golpe seco.

Además, ya son muchas las casas que se entregan con una buena preinstalación de alarma. Lo mismo ocurre con los conjuntos residenciales, que, junto al resto de las instalaciones comunes, suelen incluir en la entrada una garita para el vigilante. A ello hay que sumar que muchas promociones optan por englobar en un mismo recinto varios bloques de viviendas, por lo que inquilinos y visitantes tienen que franquear una puerta común antes de acceder a su portal.

Definitivamente lo que sí ha cambiado, en este tiempo, es que «la gente se provee de más medidas de seguridad adicionales», como puertas blindadas y alarmas.

Vivimos en un país seguro?

Mientras que en los últimos años sí que se han tratado problemas como la seguridad en caso de incendios, la accesibilidad para minusválidos y la protección del medio ambiente, se afirma que la inseguridad « es un tema del que se habla cada vez más». En cuanto a la proliferación de bloques de viviendas separadas, pero que comparten tanto espacios interiores comunes como un único acceso al conjunto, se considera que en el concepto, lo que prevalece es «el disfrute del espacio interior». Para muchos, este tipo de edificaciones está trayendo consigo que la ciudad quede «muy desierta». «Probablemente las viviendas sean más seguras, pero en la calle hay una mayor sensación de inseguridad», se concluye.

Pero, ¿Por qué se cree que existe menos seguridad o nos sentimos más inseguros? Lo que ocurre es que hoy la gente tiene más cosas que proteger». Además, y según  dicta la propia experiencia, «ha cambiado el modus operandi de los delincuentes. Ahora hay muertos cuando antes había solo contusiones». Esto explicaría el hecho de que «el cliente de alarmas busque más la protección de las personas antes que la de sus bienes».

Hasta hace bien poco, los porteros y las alarmas eran las únicas medidas de seguridad que interponían los inquilinos de las viviendas a los delincuentes. Ahora, «la alarma es la última de las barreras». Y es que actualmente se impone lo que se denomina «Seguridad Integral». Cámaras, radares de velocidad, vigilantes, alarmas conectadas a una central receptora o al teléfono móvil del propietario y a la garita del guarda, lectores de matrícula... Son una pequeña muestra de los elementos que se interponen ante el potencial ladrón y el «botín» y cuya integración en un único servicio ha incrementado las ventas de algunas empresas por este concepto en un 61% en apenas un año.

No obstante, se advierte que, a pesar de todo, no existe la seguridad perfecta. Aunque se pueden minimizar, los riesgos «no desaparecen nunca». En cuanto a los precios que se manejan dentro de la seguridad privada, hay que destacar los 30 euros mensuales (19.99 dólares en USA) que cuesta el mantenimiento de una alarma. A partir de ahí, no hay límites. Todo dependerá de la «altura» a la que se quiera poner la «barrera» que garantice nuestra seguridad.

Aunque la demanda de seguridad privada es un fenómeno que está creciendo espectacularmente cada año, la gente parece estar satisfecha por el servicio que prestan están compañías, ya que, según portavoces de diferentes Confederaciones de Consumidores y Usuarios a nivel Global, no se está produciendo un número de quejas significativas sobre el servicio que prestan. A pesar de ello, e independientemente de que hayamos contratado los servicios de una empresa de seguridad, igual se ofrece consejos para prevenir los robos en viviendas, sobre todo ahora que muchas personas aprovechan las vacaciones  para «escapar» del bullicio. Así, si la ausencia es prolongada, recomienda no bajar del todo las persianas y encargar a alguien que retire la correspondencia del buzón.

Disponer de una puerta blindada o reforzar los marcos puede ser un elemento disuasorio aunque si aun así los delincuentes penetran en la vivienda, se recomienda marcar con códigos de barras los objetos valiosos, para que puedan ser devueltos si son recuperados por la Policía, no guardar dinero en metálico en casa, encargar la custodia de los objetos de valor a empresas especializadas y declararlos a las aseguradoras.
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